En
primer lugar atienden los intereses del inversionista, de los dueños de la
empresa, quienes obviamente buscan maximizar las ganancias; en segundo lugar,
lidian con un sindicato obrero que goza de muchas prerrogativas que el marco
legal y de una condición factual –dígase vestigios de estructuras corporativas partidistas-
les otorga; en tercer lugar, tratan con un conjunto de sindicatos amorfos de
proveedores de materias primas –organizaciones campesinas cañeras-, quienes
también representan intereses indefinidos y discontinuos a través del tiempo, y
quinto las regulaciones de mercado por el gobierno federal, lo cual interfiere
inclusive en sus decisiones de comercialización de su producto final.
De
este manera, me imagino, que un administrador exitoso de un ingenio azucarero
es un individuo que debe de gozar además de las típicas habilidades gerenciales
(conocimientos generales de la administración de personal, financiero, contable
y de comunicación, por ejemplo), con las aptitudes psicológicas, de
comunicación, y de negociación política que son útiles para sobrevivir en la
industria azucarera. Aunque no encontré un estudio de su nivel salarial,
seguramente deben de ser muy bien valorados.
Ojo:
La presente reflexión tiene como propósito invitar a realizar una aproximación
no convencional y breve para entender la política económica del sector
azucarero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario