• La economía europea procura someter a la baja sus tasas de interés, por medios monetarios, como vía para impulsar su demanda interna y facilitar en proceso de ajuste fiscal de los países periféricos y la limpieza de los balances de los bancos comerciales europeos –en particular, aquellos cargados con grandes cantidades de pasivos gubernamentales y derivados de la otrora economía del ladrillo.
  • China procura impulsar su dinamismo económico a través de ganar competitividad cambiaria, vía ajuste a la baja de su paridad cambiar y como respuesta a la creciente pérdida de vigor económico. En este proceso, padece un episodio de elevada volatilidad financiera en virtud de la incertidumbre respecto a la capacidad de crecimiento en el mediano y largo plazo de la economía y el rol que jugará el estado en esta área.
  • La economía Japonesa está teniendo problemas para producir crecimiento económico esperado a pesar de las políticas que están poniendo en marcha (Abenomics).
  • Las economías emergentes están lidiando con una fuerte caída en las ventas de exportación, derivado entre otros factores por la misma desaceleración económica de China, y por no gozar de los grados de libertad en materia fiscal y monetaria que gozaron, por ejemplo, durante la recesión del 2009.
Las razones que soportan la decisión son fundamentalmente de índole interna:
  • Su tasa de desempleo se ubicó el mes pasado en 5.1 por ciento, un nivel considerado por muchos cercano al pleno empleo y con una tendencia peligrosamente decreciente. Incrementando los riesgos inflacionarios.
  • Porque la demanda de los países emergentes por sus productos únicamente representa alrededor de 4 por ciento de su PIB (China apenas llega al 1 por ciento).
  • Debido a que su sector de producción de no tangibles, como los servicios financieros, de la salud, del entretenimiento, y de las tecnologías de la información, están creciendo sólidamente en las últimas décadas, en detrimento del consumo de bienes tangibles como automóviles y otros bienes de consumo duradero; aquellos bienes que estimulan a economías exportadoras hacia ese mercado como México y China.
  • Además, otros factores de índole interno, tales como la percepción de que las bajas tasas de interés tan baja puede implicar un retraso importante en los cambios estructurales que necesita la economía –en el ámbito de las necesarias inversiones en infraestructura física y la regulación de algunos mercados-, el posible impacto sobre las dudas de la solidez de la misma recuperación de su economía, y algunas distorsiones en la valuación de los activos financieros y sus subyacentes en su mercado financiero.
Es decir, como resumen, subirán sus tasas porque Estados Unidos es una isla de prosperidad. Aislada del ruido global. Por ahora.

Claro, al ser el referente, está creando un ambiento financiero caótico e incierto.