En semanas recientes, dos componentes han inhibido la inversión extranjera de cartera en México: incertidumbre y bajo rendimientos relativos en los instrumentos de renta fija (sobre todo en términos reales, los cuales han sido negativos). Así, el tipo de cambio peso/dólar se ha disparado, en donde las salidas de capital han jugado un rol importante. Y buscando, de ahí la volatilidad, un nuevo punto de equilibrio con el estado de las cosas actual en la economía interna y la economía global. En éste aspecto, sin lugar a dudar una variable determinante es la tasa de interés de referencia. La cual, en tres por ciento en México, inhibe la inversión en cartera fija. Esto, en conjunto con un entorno de negocios -es decir de la demanda de bienes y servicios- no tan robusto, hace que las valuaciones en los instrumentos de renta variable, llámese acciones, no sean tampoco tan atractivos y reduzcan los flujos del exterior ahí. Así hay dos escenarios, dentro de muchos:
Escenario 1. En el que el tipo de cambio se estacione entre $13.6 y $13.9 (es decir, un tipo de cambio alto). Para que suceda, las perspectivas de crecimiento económico y de su evolución reciente del país se tendrían que estabilizar en tasas inferiores al 2.5 por ciento -por debajo del potencial, considerando las reformas económicas. Y que la tasa de inflación se modere en alrededor del 3.5 por ciento o menos. Esto desembocaría en que las tasas de interés internas de instrumentos de renta variable y las valuaciones de otros activos financieros no sean tan atractivos, y que por lo tanto inhiban el ingreso-regreso de capitales externos. Esto, considerando todo lo demás constante (incluyendo el esperado gradual incremento de tasas de referencia en Estados Unidos).
Escenario 2. Una apreciación cambiaría que lleva al peso a niveles cercanos a los $13.2 por dólar o muy cercana a $13.0. En éste escenario tendría que haber una recuperación robusta en la demanda agregada y sus perspectivas de corto y mediano plazo, incluyendo exportaciones y consumo de gobierno, en un entorno de inflación cercana al 3.5 por ciento. Esto llevaría a un ambiente más propicio para las mejores valuaciones de todos los activos financieros del inversionista externo, en especial sobre los instrumentos de renta variable. Esto, al igual que el escenario anterior, considerando todo los demás constante.
En lo personal veo más probable éste segundo escenario. Y creo que comenzará a materializar a partir del primer trimestre del próximo año.
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